Fernando Berardinelli es un ejemplo de perseverancia, tenacidad, coraje y fe. El atleta veterano derrotó al cáncer de recto, enfermedad que lejos de derrumbarlo, lo fortaleció de tal manera que a los dos meses de haber sido operado por segunda vez regresó a la pista.

Cuando comenzó a contar su historia no se puso triste; todo lo contrario, se mostró orgulloso porque sintió que había ganado la maratón de su vida.

Comenzó en el atletismo a los 43 años, luego de haber dejado el rugby a causa de una lesión en la rodilla. Más tarde, se inclinó por las carreras de calle y las ecoaventuras, hasta que le picó el bichito de las maratones. Fernando, con sus 61 años a cuestas, corría sin pensar que entre las carreras había una muy dura que debía vencer: el cáncer. "Soy muy obsesivo con la alimentación y el cuidado de la salud, aparejados con la práctica de deportes -detalló-. Empecé a sufrir un cambio en el hábito evacuatorio y me llamó la atención. Me fijé en internet para ver los síntomas y me di cuenta de que tenía todas las características de un cáncer de recto. Me sometí a los exámenes y en septiembre del año pasado me descubrieron el tumor".

Llegaron las sesiones de quimioterapia y radioterapia durante dos meses aproximadamente. Luego esperó 10 semanas para la operación. Casualmente, este mes se cumplieron seis meses de esa cirugía en la que le extirparon el tumor, pero quedó con una iliostomía. "Llevé una bolsa ambulatoria durante cuatro meses, pero en junio me operaron otra vez para reconectarme y llevar una vida normal", contó.

Un tipo sano

"El deporte, en este caso, me permitió superar lo psicológico y lo físico -apuntó-. Los médicos y el equipo de cirugía quedaron sorprendidos con mi rápida recuperación".

Fernando había llegado a los 61 años sin ningún problema de salud, hasta que le diagnosticaron el cáncer. El médico que lo operó le dijo: "Berardinelli, sea prudente". Y le hizo caso, porque no es ningún improvisado: no hace locuras y maneja sus tiempos -según sus propias palabras-.

A los 50 días de la segunda operación salió a trotar al parque y, sin darse cuenta, avanzó ocho kilómetros. Preocupado, le preguntó al doctor Roberto Manson si al hacerlo se había mandando una macana (sic) y le respondió que estaba muy bien que lo hiciera. En la última maratón "Jardín de la República", Berardinelli volvió a correr. No compitió en la carrera principal, pero sí en la prueba integración, y completó el circuito de una vuelta al parque 9 de Julio. Ese sábado 1 de agosto se sintió el hombre más feliz del mundo.